“Motociclista recorre más de 2500 km en moto con su esposa y al tercer día mira lo que sucedió…” o “Entérate de lo que vive tu chica cuando viaja contigo en moto” fueron titulares que me dieron vueltas en la cabeza cuando realmente el titular de este viaje es: “Bella travesía en moto a Mompox descrita por mi co-pilota” Pero debido al interés causado en las redes sociales por este tipo de titulares mas bien “sensacionalistas” , que claramente no es el estilo de Capital Rider pero aja, vamos a ver que sucede con los resultados de este “experimento” de comunicación digital en el que mi co-pilota fue quien describió esta inolvidable aventura. (Andres L)
Bella travesía a Mompox descrita por mi co-pilota
La mayoría de los viajes en moto suelen ser narrados siempre a través de los ojos del piloto y su indescriptible relación con su caballito de acero, donde por alguna extraña razón se convierten en mítico centauro.
Pues bien, es mi turno de contar una travesía en moto a través de los ojos de la copilota o mejor conocida como “la pata” por que también nosotras las “patas” somos apasionadas por las dos ruedas , saber conducir no es el problema cuando por nuestra sangre sentimos que corre la misma adrenalina por cada kilometro recorrido, cada ruta que se presenta como un sin fin de experiencias que siempre van a quedar guardadas en aquel baúl de los recuerdos.
Todo empezó cuando quise celebrar mi natalicio no 33 de una forma diferente, no torta, no invitaciones a cenar, no rumba. ¿Cómo celebrar la edad de Jesucristo de una forma inolvidable? La respuesta llegó a mi mente: quiero conocer MOMPOX. Si, quiero conocer la ciudad de las mariposas amarillas (aunque algunos dicen que esta no es propiamente la ciudad que describe (alma bendita) el señor Gabo en 100 años de soledad ) de la única y hermosa filigrana, la ciudad que ha quedado perdida en el tiempo, ese tiempo que ya nadie vive.
Salimos un miércoles en la noche a bordo de aerolíneas V-Strom 1000 nuestra adorada “mona” la que nos ha llevado y traído, la que nunca nos ha dejado botados en ninguna parte, la abuelita para muchos, la sabia para nosotros.
Día 1 – Ruta Bogotá – La Dorada
Hora de arranque 8:00 pm – hora de llegada 11:00 pm.
Como no es desconocimiento de ninguno de los pilotos que han hecho esta ruta fue sencillamente agotadora, miles de tractomulas invadiendo la carretera sin avanzar y nosotros, mejor “mi piloto” tratando de hacer las mejores maniobras (no peligrosas) para llegar a nuestro destino, yo por supuesto cabeceando en la parte de atrás pues el combustible, sumado al calor de los motores y la lentitud con la que íbamos me llevaba completamente sedada, afortunadamente para mi llevaba el traje AIRFLOW de BMW que facilitó las cosas, no siendo igual para mi piloto quien iba cubierto de esa pesada y oscura armadura que llevan quienes practican el Touring y que en muchos casos solo hace mas duros esta clase de viajes. Esa noche logramos alojarnos en el Hotel La Mansión, un hotel de carretera sencillo y retador, si, retador para usted señora y señorita donde saldrá la verdadera “warrior” y agradecerá infinitamente la cama que ven sus ojos para descansar esa noche.

Día 2 – La Dorada – Mompox
Hora de salida 5:30 am – hora de llegada 4:00 pm.
Ahora si empezaba mi travesía, atrás la noche agotadora y la carretera aburrida, levantarme con el mejor ánimo pues el día de mi cumpleaños se acercaba, traje listo, muñeca lista y por supuesto mi música para no dormirme y la cámara fotográfica (para esta fecha las go pro aún no eran la sensación en estos viajes así que mi método para ir grabando videos era amarrarme bien la cámara fotográfica a mi mano y buscar los mejores planos inclinándome para un lado o para el otro, levantándome de la moto, abrazando a mi piloto, bajándome de la moto y disparo en modo automático para cuando pasaramos nosotros etc etc etc.)
Acá el video tomado con JohaPro
Así los primeros kilómetros llegamos a Puerto Boyacá y tomamos un buen desayuno en la carretera (siempre fíjese en el lugar donde hayan mas camiones seguro la comida será sensacional en ese lugar) San Alberto, Aguachica, Pelaya, Pailitas hasta pasar por el peaje el Burro. Una vez pasa el peaje, gire inmediatamente a su izquierda por la primera destapada que encuentre, no existe señalización pues como si fuera su condena las poblaciones que no están incluidas dentro de las principales troncales desaparecen con el tiempo, frente a nuestros ojos arbustos y un caminito a lo lejos era lo único que veíamos.

Avanzamos varios kilómetros en medio de una carretera absolutamente destapada, a nuestro favor, viajabamos en Enero y el verano permitió que solo el polvo de la tierra nos incomodara mientras apreciábamos los mas hermosos paisajes incluyendo el río Magdalena bordeando nuestro camino.
Llegamos a Tamalameque “donde sale una llorona loca”, o eso fue lo que aprendí cuando tenía tal vez 8 años en las clases de música de mi colegio; simplemente poblaciones taciturnas, dormidas bajo el calor del medio día, se respira la calma de sus habitantes, no existe afán de la vida, al contrario hasta el tiempo camina lento por la misma sensación sofocante.
Continuamos nuestro recorrido hasta el Banco Magdalena, un municipio importante dentro del departamento de Bolivar donde nos detuvimos, ya era hora la hora de almuerzo y como seres de otro planeta (pues ustedes también habrán visto las caras de los pobladores cuando se bajan de sus motos en regiones donde no llega sino el viento ) fuimos examinados desde la punta de nuestros zapatos hasta nuestro casco y obvio la intriga de saber quienes éramos, de dónde veníamos a dónde íbamos, el hambre no se hace esperar y en este punto el restaurante de carretera no era la opción pues como lo escribí antes estas poblaciones fueron condenadas al olvido a desaparecer lentamente de nuestro radar de nuestro mapa de nuestra tierra. Así que la mejor opción y la que nunca falla “pollito asado” un pollo para dos era la mejor propuesta del menú para continuar nuestro viaje.
1 hora de almuerzo, acomodarse nuevamente todo el equipo de viaje subirse en la monita y continuar pues nuestro destino aún estaba distante y queríamos llegar con la luz del día.
Nuevamente nos encontrábamos en una carretera completamente desolada, sin ninguna señalización solo el sistema de navegación que domina mi esposo a la perfección “PPS” PARE, PREGUNTE Y SIGA es la mejor opción en estas rutas.


No lo niego, el miedo me invadía, era un contraste de tener ante mis ojos la maravilla de la creación, la presencia divina que me invitaba a estar tranquila y disfrutar mi travesía versus el imaginar en que momento podían salir grupos al margen que pueden aprovechar cualquier oportunidad al ver una pareja sola y claro este miedo se hizo mas fuerte cuando a lo lejos vi un grupo de personas cerrando de lado a lado esta carretera con un cordón, nosotros teníamos que pasar o pasar sin ninguna opción diferente, tan pronto nos acercamos vimos que eran niños no mayores de 8 años que salían a la carretera para ver la moto y esperar que dejaban los viajeros, algunos les dejaran dinero, nosotros llevábamos unas manillas de la selección Colombia y dulces, la respuesta de esos pequeños pobladores no se hacía esperar con saltos de felicidad buscando a sus hermanos y familiares para mostrar lo que aquellos forasteros en una hermosa y gigante moto amarilla les habían dado.
Cerca de las 4 de la tarde después de pasar varios caceríos con música a todo volumen llegamos a nuestro destino, una calle estrecha con pobladores caminando bebiendo refrescos y con abanicos en sus manos nos invitaban a detener la moto, quitarnos chaquetas, cascos, guantes, balaclavas y sentarnos en la banca de una de las placitas principales a tomarnos un delicioso jugo de Corozo “bienvenidos a Mompox” aquel municipio que en elgún momento fue el principal puerto interior de Colombia pero que debido a los caprichos de la naturaleza con la depresión momposina quedó apartada de cualquier posibilidad de desarrollo pero con la magia que solo los verdaderos amantes de lo propio y autentico saben disfrutar.
Con mi esposo somos del tipo de viajeros que no invertimos altas sumas de dinero en alojamientos sino que ese presupuesto lo utilizamos para disfrutar de la verdadera comida de la región y de disfrutar de los atractivos que esas poblaciones tienen, por lo tanto los hospedajes del centro de Mompox no eran nuestra opción, son hermosos y espectaculares pero no estaban dentro de lo que nosotros buscábamos, así que después de dar un par de vueltas en la moto, encontramos al lado del cementerio el hotel “Santa cruz de Mompox” propio de la región una casona antigua con habitaciones muy bien adecuadas y decoradas con ese “rústico” que las hace coloniales y auténticas dentro de lo que busca el viajero, no dentro de lo que busca el turista.
Una buena ducha y alistarnos con sandalias y ropa vaporosa para caminar aquellas calles donde por efectos de la colonización las raíces del catolicismo son bastante fuertes y prueba de ello son las más de 7 Iglesias y capillas que adornan la región con un cantar de cigarras que invitan a perderse de la monotonía a desconectarse del mundo a dejar las preocupaciones a vivir como aquellos pobladores que se reúnen en mecedoras (por que en esta región no existen las salas en los hogares) en las calles y corredores , es un experiencia mágica, tranquila, y muy grata sobre todo cuando la realizas al lado de tu compañero de vida tu compañero de ruta tu compañero de aventura.




El siguiente día disfrutamos Mompox como cualquiera poblador de la región y acá es absolutamente sorprendente y divertido ver las miles de motocicletas que transitan sus calles y sobre todo los pilotos sin casco, sin zapatos, sin guantes y tal vez a un poco más de 60 kilómetros por hora cualquier nuevo visionario encontraría una excelente oportunidad para tener una tiendita de accesorios pues acá se vende o se vende (O eso es lo que uno cree).






Cerca de la una de la tarde continuamos nuestro viaje, Cartagena nuestro próximo destino y la celebración de mi natalicio, así que subirnos en la moto y llegar a Bodegas en Talaigua Nuevo para embarcar la moto en el Ferri o Johnson para cruzar durante 45 minutos el majestuoso río Magdalena y llegar a la carretera que nos llevaría de nuevo a la civilización.
Lo vivido en Cartagena no hará parte de en este relato, sólo les digo que ha sido de las mejores celebraciones que he tenido en mi vida en las murallas con un vino de corozo proveniente de las entrañas de Mompox y con la promesa de amor de mi esposo que por el resto de nuestros días en esta vida buscaríamos la manera de vivir intensamente cada oportunidad que se nos presentara a bordo de nuestra “monita” pues cada viaje así sea la misma ruta y el mismo destino será diferente si te permites romper los paradigmas que la sociedad te ha creado y te entregas a conocer y admirarte de las regiones y culturas que llenan de vida tu país.

Johanna R.
FICHA TÉCNICA DE ESTE VIAJE:
- Total de kilómetros: 2500 km aprox
- Condiciones: 85% On Road –15% Off Road
- Dificultad: Media
ACCESORIOS USADOS EN ESTE VIAJE:
- Chaquetas: Alpinestars ANDES // BMW Motorrad Airflow jacket
- Pantalón: AGV Sport // BMW Airflow Pants
- Botas: Alpinistars ROAM WP 2.0 // BMW Motorrad Allround
- Cascos: SHOEI Hornet DS // RF-1200
- Jerseys y balaclavas: Capital Road
- Guantes: Scorpion // Alpinestars windstopper
ALOJAMIENTO EN ESTE VIAJE
Hotel La Mansión
La dorada – Caldas
Hotel Santa Cruz de Mompox – Al lado del tradicional Cementerío
Carrera 4ª, Numero 18-57
Telefonos: 5-684 0374
FAX: 684 0127
Celular: 313 545 6869
311 401 0273
E-mail: hotelstacruzmompox@hotmail.com
RESTAURANTE RECOMENDADO EN MOMPOX
Restaurante el Fuerte
Track de ruta:
https://goo.gl/maps/KpGAi3dv5v12
Ver mapa: (Contiene error pues entre Talaigua nuevo y Magangue se debe navegar el Magdalena)
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